martes, 4 de marzo de 2014

Melania G. Mazzucco


"La lunga attesa dell'angelo" (2.008)

Están los escritores. Normalmente éstos, cuando escriben sobre pintura, lo hacen sin saber cómo huele la trementina, ni qué se siente cuando el óleo se desliza sobre el lienzo. Crean fabulosas historias llenas de tópicos y lugares comunes, sin haberse nunca manchado las manos con los colores.
Y están los pintores. Ponerle título a los cuadros, unir dos o tres palabras a este fin, ya les supone un esfuerzo ímprobo y, por regla general, fallido. Basta visitar cualquier exposición o leer su catálogo para comprobarlo. 
Pero, por suerte para nosotros, existen personas que están en los dos mundos, con un pie en cada sitio, escritores que sienten como pintores y pintores que escriben porque son también escritores. John Berger, del que hablaremos pronto, o Antonio Saura son buenas muestras de ello. 
Y por supuesto que también lo es Melania Gaia Mazzucco. Quien siga sus magníficos artículos sobre pintura en La Repubblica, ya habrá tenido ocasión de comprobarlo. La lunga attesa dell’angelo (La larga espera del ángel) es una novela histórica que apareció en 2008. Se trata de una biografía novelada de Jacopo Robusti (en realidad se llamaba Jacopo Comin, pero ésa es otra historia), el Tintoretto, tema que la autora conoce profundamente y sobre el que ha publicado ya varios libros y ensayos. Un anciano y agonizante Tintoretto hace un repaso de su vida durante los últimos días de sus existencia. Mazzucco narra magistralmente el ambiente de una República de Venecia cuyo poder ya comenzaba a decaer pero que aún se mantenía como una gran potencia, su guerra contra el turco, la epidemia de peste que asoló la Serenissima durante el último cuarto del siglo XVI. Un ambiente claustrofóbico y cerrado, endogámico, marcado por la amenaza exterior y por los problemas internos que su clausura ocasionaba. 



Pero lo que más nos interesa es leer como todo esto influencia en su pintura, cómo se imbrica vida personal y arte, cómo se tamiza a través del cedazo de su paleta. Las aspiraciones, inquietudes, ambiciones y formas de pensar que van mutando y acompañando la evolución de un pintor joven que intenta abrirse paso hasta la resignación en la vejez de un maestro consagrado, imitado y respetado por todos. Y ya no sé si se debe a que la obra es de una autora actual o a que realmente sucedió así, pero algunas cosas parecen haber cambiado muy poco. En todo caso una estupenda novela. 

1 comentario:

  1. Excelente entrada querido amigo Jose. Estoy de acuerdo en todo lo que dices, y sobre Berger que te voy ha decir, sus libros son geniales. Un fuerte abrazo.

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