Desde ya les aviso. Film soviético del año 1966. Salvo los últimos diez minutos, que son en color, se trata de una película en blanco y negro. Bueno, para ser más exactos, ni siquiera en blanco y negro: se trata de una película en grises desvaídos y lavados. Al menos en la copia que yo he visto, está en versión original en ruso y muy mal subtitulada en una especie de castellano que a veces la hace ininteligible. La duración es algo más de tres horas y media (sí, tres y media). Y el ritmo, en su mayor parte, es lento, lento...
Y si pese a lo dicho, todavía se animan a echarle un vistazo, les aseguro que se van a encontrar con una magnífica película. Se basa en parte de la biografía del pintor ruso de iconos Andrei Rublev, que vivió a caballo entre el siglo XIV y el siglo XV y en su decisión de dejar de pintar. A través de diversos episodios independientes unos de otros, realiza una profunda reflexión sobre el papel del artista, su relación con la sociedad y la época en la que está inmerso y, en última instancia, sobre la naturaleza humana misma. Y todo ello a través de imágenes y escenas llenas de una simple y poética belleza.
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