domingo, 16 de marzo de 2014

Lech Majewski

"El molino y la cruz" (2.011)


Sé que la recorté y la guardé en algún sitio, pero ahora no encuentro dónde. Me refiero a una entrevista que le hicieron al pintor Antonio López. En ella mostraba su extrañeza ante la creencia generalizada de que la abstracción contemporánea es sólo para iniciados y difícil de entender -cuando en realidad habla nuestro mismo lenguaje y se nutre de nuestra cotidianidad y de lo que tenemos alrededor-, y cómo, por contra, creemos comprender perfectamente una tabla del siglo XVI por el simple hecho de ser arte figurativo y de ver en la misma objetos reconocibles. 
Y sin embargo, no nos damos cuenta de que ese cuadro de hace cinco siglos está pintado por alguien muy distinto a nosotros y para gente que no se nos asemeja, gente con una escala de valores muy diversa a la actual, con otra cultura, otro sentido de la religiosidad, otra concepción de la cultura y mirando a la vida desde un ángulo muy distinto al nuestro. Y si no, pensemos en una sociedad como aquélla en la que vivió y pintó el artista renacentista Pieter Brueghel. Una sociedad eminentemente agrícola, prácticamente analfabeta, en la que la concepción del tiempo y de los ciclos no se parece en nada a la que tenemos ahora; un pueblo sometido en donde comenzaba a fermentar la levadura que lo alejaría de la Edad Media y lo llevaría, poco a poco, hacia el Renacimiento. Pintar para estas personas suponía la utilización de unos códigos, unos símbolos, que para nosotros no son tan fáciles de descifrar, pese a su sencilla apariencia. Significados que en muchos casos hemos perdido para siempre.


Por ello, y por muchas otras razones, “El molino y la cruz” es una película extraordinaria. Su director, Lech Majewski, nos mete dentro del cuadro de Brueghel “Camino del Calvario” para ayudarnos a descifrar su simbolismo, su mensaje. Y lo hace pausando el tiempo -tal y como debía ser por aquel entonces-, introduciéndonos visualmente dentro de la obra, con su estética, con su luz, con su color. Majewski nos guía por la red de significados que en el momento en que la obra se realizó actualizaba y ponía al día dicho pasaje de la vida de Jesús. “El molino y la cruz” nos sumerge en el lienzo y nos envuelve de forma completa, con sus sonidos, con pinceladas sueltas de una trama poco definida pero que hipnotizan desde el primer momento. Unos magníficos Rutger Hauer, Michael York y Charlotte Rampling interpretan los papeles principales. “El molino y la cruz” es una película polaca del 2.011. Y una auténtica belleza.

1 comentario:

  1. Me alegra descubrir que reactivas el blog y podamos disfrutar de entradas tan interesantes. Espero con impaciencia la referencia prometida a John Berger.
    Besos

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